Las casas de hoy no son solo cuatro paredes y un techo. En menos de un siglo hemos pasado de vivir casi como en el medievo, a habitar viviendas que nos hacen la vida muchísimo más fácil. Desde los años 90 del siglo XX hasta nuestros días, la domótica se ha desarrollado hasta extremos increíbles. ¿Quién imaginaría que podríamos pedirle a nuestra casa que nos pusiera nuestra canción favorita? El diseño de casas domotizadas avanza imparable, y cada día nos ofrece nuevas mejoras. Descubre qué puede hacer tu casa por ti… Y que podría llega a hacer en el futuro.
Índice de contenidos
Diseño de casas domotizadas: tecnología desde los cimientos
El término domótica procede de la palabra latina domus, casa, y del griego autonomos, «que se gobierna a sí mismo». Los primeros proyectos en el campo de la domótica se implantaron, como es lógico, en viviendas ya construidas. Hablamos de sistemas que comenzaron a instalarse hace cerca de tres décadas: entonces se trataba de una tecnología con costes muy elevados y de implementación complicada, lo que reducía su uso a solo determinados sectores de la sociedad.
Actualmente, todos somos conscientes de cuánto han cambiado las cosas. Por menos de 20 euros, por ejemplo, podemos poner una bombilla inteligente en la lámpara del salón y controlarla a través del móvil desde cualquier lugar donde haya conectividad WiFi. Y por supuesto, cualquier proyecto de construcción de una vivienda debería incluir una sección domótica: se trata de una partida con costes que no son elevados, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de sistemas suponen una importante revalorización de las casas.
Por tanto, si vamos a construir nuestra propia vivienda (unifamiliar, adosada, piso…), lo más inteligente es buscar la colaboración de un despacho de arquitectos especializado en diseño de casas domotizadas. Es la mejor medida para evitar problemas de instalación, conectividad, sobrecostes o compatibilidad de dispositivos.
¿Qué no debe faltar en el diseño de una casa «domótica»?
En primer lugar, el proyecto se debe centrar en soluciones globales que realmente supongan un beneficio para quienes habiten la vivienda. Domotizar dispositivos de pequeño tamaño (por ejemplo, una cafetera) no supone una mejora sustancial en la experiencia habitacional. Sin embargo, sí lo es crear opciones para escoger distintos ambientes según nuestros deseos. Por ejemplo, podemos elegir entre distintas configuraciones para el salón: para ver películas, para charlar con amigos, para jugar con los niños, para relajarnos…
Escogiendo el escenario deseado, el sistema modificará la iluminación, activará los dispositivos que nos interesen (la televisión, el equipo de música…) y controlará también el confort climático del espacio. Existen dos formas de realizara la instalación:
- Cableada. Esta opción está enfocada sobre todo a grandes proyectos, sobre todo negocios. En espacios muy amplios, para que exista conectividad entre los dispositivos es necesario contar con cables que los comuniquen; la tecnología inalámbrica puede no ser suficiente para dar un buen servicio. Si estás planeando construir una casas muy grande y equieres instalar domótica por cableado, ten en cuenta que el proyecto se debe crear antes de la construcción de la vivienda. El arquitecto establecerá la ubicación de las pantallas, los controles y los dispositivos, y trabajará conjuntamente con los responsables de la instalación eléctrica de la vivienda para colocar el cableado al mismo tiempo.
- Inalámbrica. Es la elección más habitual dentro del diseño de casas domotizadas. Las razones son evidentes: no hay que hacer instalación de ningún tipo, no hay cables vistos (ni ocultos), permite cambiar de lugar los dispositivos cuando sea necesario y es más sencilla de configurar. Por supuesto, su coste es mucho menor que el de las instalaciones cableadas. Sin duda, es la opción más recomendable para la mayoría de las viviendas.
Qué tecnología escoger en el diseño de una casa domotizada
Una cosa es el tipo de instalación que elijamos para nuestra «vivienda inteligente», y otra muy distinta es la tecnología: ir, lo que se conoce como protocolo de red. Se trata del lenguaje que emplean los distintos dispositivos para comunicarse entre sí. Elegir un protocolo u otro determinará cómo será la instalación, y algo muy importante, qué dispositivos podemos añadir de cara al futuro.
Cuando se empezaron a desarrollar las instalaciones domóticas inalámbricas (las primeras eran todas cableadas), el primer protocolo fue el X10. En realidad no eran sistemas inalámbricos, sino que empleaban los mismos cables que la instalación eléctrica de las viviendas. Hoy, el primitivo X10 ha quedado atrás en favor de nuevos protocolos, mucho más amplios y fiables: Insteon, Z-Wave y ZigBee… Pero sin duda, los «reyes» absolutos en el diseño de casas domotizadas de hoy son el Wi-Fi y el Bluetooth.
Todos conocemos sus ventajas, pero ojo; también tienen inconvenientes. El protocolo Wi-Fi depende del ancho de banda y su velocidad se ralentiza dependiendo de los dispositivos conectados, mientras que Bluetooth está pensado sobre todo para distancias cortas. Para mejorar su rendimiento existen sistemas híbridos; además, se están empezando a implantar nuevos protocolos más eficacies y eficientes (Thread, por ejemplo).
¿Pensando en la construcción de tu casa? Apuesta por el diseño de casas domotizadas
Actualmente no tiene sentido proyectar la construcción de una vivienda unifamiliar de calidad sin contemplar la domótica. Y para ello, es imprescindible contar con la ayuda de un despacho de arquitectos especializados en diseño de casas domotizadas. En Arquitectos Kubo somos conscientes de esta necesidad, y sabemos que las viviendas inteligentes contribuyen también al ahorro energético y a la conservación del medioambiente. No dudes en contactarnos y te ayudaremos a hacer realidad tu proyecto.